Los objetos me quieren y yo los curo
Sin imaginación y sensibilidad la realidad nos rebasa
Creo más en el poder simbólico de un Dios de la tierra, del agua, del fuego, del aire… que en la eficacia de una alarma que detecta sismos.
La realidad causa terremotos al espíritu y a la imaginación, mata, fractura la sensibilidad y hace desaparecer nuestra imaginación.
La belleza en la banca y el pedazo de suelo de la plaza Luís Cabrera en la Colonia Roma , fue formándose por el efecto de procesos naturales sobre ella, como la lluvia, el sol, el polvo; por procesos de uso, como el sentarse, las pisadas o los orines de un perro; por esencias en términos simbólicos como la de dos enamorados que se sentaron para besarse o pelearse, todos estos procesos y esencias se contienen al momento en el que las vendas de yeso endurecen.
El resultado de todo esto es Ultraestética.



